La titulitis, afección endémica de la formación en España
- Laura Riera
- 13 may 2018
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 28 may 2018
Los estudiantes siguen enfrentándose al eterno dilema, invertir para tener un futuro asegurado, aunque esa no sea la píldora mágica para huir de la precariedad laboral o plantarse, y no seguir alimentando la burbuja universitaria. He ahí la cuestión.
12/02/2018 Laura Riera

Toda disciplina necesita de especialistas e investigadores para avanzar. La ETSIA-Escuela Superior de Ingeniería Técnica Agraria de la UdL (Universitat de Lleida) con el proyecto sobre manejo de cubiertas vegetales para controlar grama en viña, ha obtenido el premio Phytoma en el congreso 2017 de la Sociedad Española de Malherbología. Los alumnos Francisco Valencia y Nieves Mas, bajo la dirección del profesor Jordi Recasens, del grupo de Malherbología y Ecología Vegetal de la UdL, han obtenido esta distinción; gracias a un trabajo que se ha realizado en los viñedos de Raimat durante las campañas 2015-16 y 2016-17.
Tenemos asegurados los brindis en nuestras próximas celebraciones gracias a la tarea investigativa del grupo de Malherbología y Ecología Vegetal de la ETSIA. Pero, ¿A qué precio pagamos esta investigación?
España se encuentra entre los diez países más caros de Europa para estudiar un grado o un máster. Según los expertos, asociaciones de estudiantes y sindicatos; la labor del Ministro Wert al frente del Ministerio de Educación no hizo más que poner obstáculos a la democratización de la enseñanza superior en España. Por un lado, endureció los requisitos para pedir una beca y además bajó sus cuantías. Por el otro, el Ministerio de Educación aprobó un decreto que permitió subir las tasas de las universidades públicas al antojo de las comunidades autónomas.
Gabriel Pérez Alcalá, rector de la Universidad Loyola de Andalucía, comenta en una entrevista concedida al periódico Expansión: "En España aún padecemos una titulitis muy perjudicial". Y añade: “No somos ni una ONG ni un apéndice de la administración pública. Estamos reconocidos por la UE como operadores económicos y competimos en un mercado muy difícil”. ”En España nos quejamos mucho, pero no somos capaces de invertir en el sistema universitario. Seguimos pensando que una formación universitaria es aprobar una serie de exámenes para que te den un título que te dará acceso al mundo laboral”.
Más contundente si cabe se mostró Elisabeth Pardo Ponts, Responsable del Centro de Asesoramiento Académico-Área Comercial de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya), con una experiencia de diez años trabajando para la Universidad; en una entrevista que tuvo lugar en su sede insignia localizada en pleno barrio del Poblenou de Barcelona. Como el rector de la Universidad Loyola de Andalucía, apunta a las medidas del gobierno como culpables de esta situación: “El Plan de Boloña fue un gran engaño, a mi modo de ver nos ha llevado a la “prostitución” de la formación continuada”.
Recalca que se han creado másteres específicos como el máster de acceso al cuerpo de profesorado o el máster de abogacía para ejercer la profesión, que antes no existían; cambio, que según ella denota “un menosprecio de la formación de grado, rebajando su ámbito competencial al requerir de forma implícita un máster para que sea efectivo a nivel profesional”. Otro factor al que apunta es el hecho de que muchos títulos propios han migrado a másteres oficiales en la oferta formativa de la universidad, que en los últimos cinco años ha pasado de ofrecer tres másteres oficiales (Educación y TIC, Relaciones laborales y Sociedad de la información y el conocimiento), a tener un espectro de másteres oficiales mucho más amplio y equiparable a la oferta de títulos propios que ofrece una de las universidades online con más presencia y prestigio en España.
Por su parte, uno de los profesores de la ETSIA-Escuela Superior de Ingeniería Técnica Agraria de la UdL (Universitat de Lleida), miembro del equipo docente del Máster en Sanidad y Producción Porcina, nos traslada su punto de vista mediante una entrevista realizada en la cafetería de la Universidad. Él apunta directamente a la necesidad de cursar un máster, por un lado, “para la consecución de competencias más específicas”, y por otra parte, por la gran oportunidad que un máster supone “para realizar contactos en el sector y salir casi al 100% con trabajo en el área”.
No obstante, recalca que este tipo de másteres dan prestigio a la universidad, en el caso de la ETSEA-Escuela Superior de Ingeniería Técnica Agraria de la UdL (Universitat de Lleida), convirtiéndola en referente en los estudios de ingenierías agrarias en todo el Estado español. “Esta rentabilidad permite crear proyectos de investigación, y desarrollar una nueva cantera de investigadores como los que han sido distinguidos con el premio Phytoma” añade. Aunque destaca que “el coste para los alumnos y sus familias es considerable y que no todos se lo pueden permitir”, “es una clara transacción económica, yo pago y tú me colocas arriba del todo de la pirámide de la profesión”.
Mediante la opinión de estos tres cargos vemos una panorámica de la educación superior y la formación continuada española, la primera enmarcada en la universidad privada, la segunda en la universidad pública online y la tercera en la formación universitaria pública del área de las ingenierías.
Si nos centramos en la visión de los estudiantes, el dilema parece coger fuerza. Lucía Martín, zamorana establecida en Lleida con una tradición familiar vinculada a la cría de caballos de pura raza española, comenta lo siguiente: “En el sistema actual de cuatro años, muchas competencias que se dan en los másteres ya tendrían que estar implantadas, en las carreras como las ingenierías se hace fundamental tener uno para poder tener competencias, hecho que anteriormente no era necesario. Lo que obliga a muchos estudiantes al pago y realización de un máster, lo que me lleva a pensar que es una vía de obtención de dinero para las universidades. Es necesaria la especialización en ciertas ramas, pero lo que es flagrante es que un máster sea necesario para entrar en una bolsa de trabajo”.
Erika Rico, vallisoletana que ya trabaja en una clínica veterinaria, destaca que el trabajo le está posibilitando aprender ya que realiza cirugías, que “fueron escasas en las prácticas realizadas en la universidad”. También comenta que “los profesores deberían estar más cualificados, así como el desarrollo del currículo que debería estar mejor organizado”, no hay que olvidar que esta será la primera promoción del doble grado en Ingeniería y Producción Animal y Veterinaria impartido en Lleida. Aunque Erika reconoce que vino a Catalunya a estudiarlo ya que la Catalunya interior dispone de muchas granjas y equipamientos, por lo que encontrar trabajo y mejorarlo en un futuro le parece así más fácil.
En el reportaje “Titulitis” de Equipo de Investigación, emitido el 09 de Junio de 2071, podemos ver como este fenómeno se transforma en un auténtico negocio de compraventa de titulaciones falsas. La burbuja universitaria empuja a muchos al endeudamiento para acceder al mundo laboral, cada vez más exigente pero también cada vez menos proclive a corresponder con sueldos o tareas acorde con su formación a los que invierten en ella. El programa concluye que: “uno de cada tres trabajadores con estudios superiores está sobre cualificado para el puesto que desempeña”.
Comments